PERSONAJES FAVORITOS: DELENN

Recopilatorio sobre mis personajes favoritos del audiovisual fantástico. No aparecen siguiendo ningún orden determinado.

Posiblemente por no formar parte de una franquicia en constante renovación, por adscribirse sólo al ámbito de la televisión y el cómic o por tener la desgracia de pertenecer a Warner Bros —como saben por amarga experiencia los fans de DC, la major a la que más se le notan las ganas de hacer dinero y no arte―, Babylon 5 es un clásico de la ciencia ficción catódica al que las nuevas generaciones parecen haber desertado casi por completo. Y es una verdadera lástima, porque, a pesar de sus carencias presupuestarias, que se traducen en una factura visual tremendamente pobre1 y un conjunto de escenarios y F/X limitadísimos, sabe suplir con creces esta desventaja a base de ingenio, creatividad y brío y coherencia argumentales. De hecho, se trata de una de las propuestas más ambiciosas, temáticamente hablando, que ha dado el género de la ficción especulativa en la TV hasta la llegada del remake de Battlestar Galactica; de ahí que al serial no le duelan prendas en tocar grandes asuntos filosóficos, y encima con gran solvencia, desde un punto de vista tanto metafísico como sociológico, mientras que, a la vez, se atreva a llevar a cabo episodios tan abstractos y conceptuales como «And Now for a Word» o «The Deconstruction of Falling Stars»2.

La embajadora y satai Delenn de Mir, de la Casta Religiosa.

La atípica solidez de las tramas de Babylon 5 se explica, sobre todo, por la circunstancia de que, a diferencia de lo que suele ser habitual en esta clase de producciones, el creador y showrunner del espacio, J. Michael Straczynski, es el responsable de guionizar el 90% de sus episodios, toda vez que éste siempre contó con la participación del escritor Harlan Ellison en calidad de asesor científico y colaborador narrativo. Al respecto, no es casualidad que, por momentos, el espacio haga un compendio de los temas y las intrigas de la época dorada de la scifi, lo que lo dota de un encanto vintage que paradójicamente va de la mano de la adultez y el riesgo de muchos de sus planteamientos.

Londo Mollari, Delenn, Kosh y G'Kar: los cuatro plenipotenciarios de mayor relevancia en la estación interestelar Babylon 5.

Tal vez por ello, el mundillo artístico de la ciencia ficción americana dio su apoyo prácticamente en bloque a Straczynski para defenderlo de lo que olía a la legua a plagio por parte de la Paramount, dado que el autor había presentado a esta compañía, en la década de los 80, el concepto original de su serie para la franquicia trekker, consistente en una base espacial multiespecies pero dirigida por humanos, cuyo objetivo era velar por la estabilidad del sector galáctico en el que se asentaba, y que además contaría entre sus principales villanos con unos seres no humanoides cambiaformas. ¿No suena un poco (demasiado) a Star Trek: Espacio Profundo Nueve? Aunque en realidad no haya pruebas directas del robo de ideas, son innumerables los paralelismos entre ambos programas, más allá de la premisa planteada: desde el elemento religioso asociado a sus figuras centrales (Sisko, Sinclair y Sheridan) hasta unos villanos de origen externo y misterioso que quieren tomar el control de la galaxia, aparentemente empleando la fuerza, pero en realidad a través de la manipulación; sin olvidar nombres repetidos al menos, en cuanto a pronunciación como Lyta/Leeta y Dukhat/Dukat y llegando a la clarísima inspiración de la Sección 31 en el Buró 13 (nótese que ni lo disimulan, pues son exactamente los mismos números). Fuera un descarado robo de ideas o una extraña, y bastante increíble, coincidencia temporal, en todo caso conviene señalar que los dos shows son magníficos y que se puede disfrutar perfectamente de ambos abstrayéndose de lo contado.

John le explica la costumbre humana del compromiso a Delenn mientras le pide en matrimonio. Esto sí es una enseñanza práctica...

Ante lo dicho, pues, siempre he sospechado que el personaje que me sedujo desde el principio de Babylon 5, es muy posible que en su borrador inicial no fuera miembro de toda una raza alienígena desconocida por los amantes del género hasta el momento, sino que naciera como vulcana, puesto que el grado de sofisticación intelectual y filosófica de la embajadora minbari y del resto de integrantes de la Casta Religiosa de su planeta natal evoca poderosamente a esta mítica raza trekker. Esto lo indico porque, a partir de aquí, no es difícil hacerse una idea del arquetipo de personaje con el que se vincula esta extraterrestre interpretada por la excelente actriz croata Mira Furlan.

A pesar de su porte aristocrático y ascético, Delenn sí sabe divertirse (que se lo digan al capitán, ejem).

Delenn, una figura de relevancia en el seno de su sociedad, en tanto miembro del Consejo Gris que la dirige —«Somos grises. Estamos entre la oscuridad y la luz»—, es una mujer de carácter firme y decidido, pero simultáneamente comedido y sereno, dueña de un humor ingenioso y sutil y de un intelecto superior, que siempre apuesta por el diálogo antes que por el enfrentamiento abierto, y cuya visión del universo se sustenta en una comunicación espiritual con el cosmos, en cuyo seno todos los seres, incluidos aquellos en apariencia más conflictivos o insignificantes, tienen un propósito. No es de extrañar que, dada su decisiva y funesta implicación en el arranque de la guerra entre Minbar y la Tierra, se sienta con el deber de expiar su culpa, hasta el punto de solicitar ser la representante de su planeta en la estación Babylon 5, construida con la intención de preservar la paz interplanetaria, y de aceptar someterse a una peligrosa transformación física, promulgada por mistéricos y antiguos textos de Valen —mítica figura política y religiosa de la historia de Minbar, sosías de Buda... ¿o de Surak?―, cuyo propósito último es incidir en lo que de común tienen dos razas antaño tan fieramente enfrentadas como los minbaris y los humanos.

La estación en pleno despliegue de la guerra contra las Sombras.

En este sentido, la evolución personal de Delenn respecto a los terrícolas es en el fondo un reflejo de la que vivirán todos los minbaris, un pueblo muy estructurado y gregario; así, de la desmedida furia que la invadirá hacia los asesinos de Dukhat3, su mentor personal y cabecilla del Consejo Gris, la mujer pasará a ser íntima amiga de Jeffrey Sinclair y Susan Ivanova, liderará a los rángers —integrados indistintamente por ambas razas― y, finalmente, se enamorará de un humano. Y no de cualquier humano, sino de uno especialmente odiado por los suyos, al ser el responsable de haber logrado la única victoria real contra los minbaris durante la guerra, una acción militar que lógicamente se saldó con una gran pérdida de vidas en el bando derrotado, lo que le ganó al oficial el infausto sobrenombre de «el asesino de estrellas». De ahí que algunos sectores retrógrados de la sociedad de Minbar no vean bien ni la metamorfosis de Delenn que revela, en última instancia, que minbaris y humanos tienen más cosas en común de lo que parece ni su relación con John Sheridan, con lo que la intrépida alienígena se ve obligada a lidiar de modo recurrente contra ellos, quedando atrapada en una red de intrigas políticas para las que está especialmente bien dotada, gracias a su inteligencia, psicología y sagacidad.

Delenn junto a Lyta Alexander y Susan Ivanova en «The Hour of the Wolf»: #WomenPower!

Y es que, con la excepción de Kosh4, Delenn es la figura más sabia y poderosa de las que transitan los pasillos de la base espacial, de modo que no es casualidad que ejerza una influencia tan notable como positiva entre los miembros de la tripulación, pero, también, entre el resto de embajadores de la Babylon 5, que acaban dejando atrás sus inveteradas rencillas en buena medida movidos por su admiración hacia las capacidades de Delenn para probar que se puede ser también fuerte y «vencer» desde el pacifismo, el espíritu de sacrificio y la conciliación. No olvidemos, por otro lado, a dos personajes capitales y decisivamente marcados por ella: Marcus, cuya interacción con la embajadora de Minbar prueba cuánto la veneran los rángers y por qué, al atesorar todas las cualidades que ha de tener un auténtico líder —firmeza, empatía, valor, serenidad, compasión...—, y Lennier, protegido de Delenn y su mejor amigo, quien se erige en el único que la apoya de manera incondicional, luego sabremos que movido por una adoración obsesiva hacia ella que terminará por devenir una maldición para el joven.

¿Qué hacer cuando alguien a quien quieres como a tu hermano pequeño está profundamente enamorado de ti?

Por otro lado, y en contraposición al signo aciago de casi todas las restantes historias amorosas de Babylon 5, siempre me ha admirado lo sereno, profundo y equilibrado que es el lazo romántico entre Sheridan y Delenn, seguramente por haberse conocido ya bastante entrados en la mediana edad, con un pasado a cuestas muy complejo y trágico, con culpas de las que redimirse y en un momento de tránsito en sus respectivas vidas. Su enamoramiento, en puridad, no sólo les permite conocerse más a fondo a sí mismos, sino ahondar en sus respectivas convicciones y definir para siempre su destino, íntimamente ligado al de la galaxia. Y a pesar de lo intenso y estrecho que es su vínculo, ambos mantienen su unicidad e independencia, y Delenn no se convierte en ningún momento en «la chica» de la serie, esto es, supeditada a Sheridan, eclipsada por las cuitas del capitán o necesitada de que éste la rescate, mientras que el máximo responsable de la base libra también a menudo sus propias batallas en solitario. De esta manera, queda claro que su amor se basa en la comunión de almas en las que efectivamente creen los minbaris, y donde radica el quid de sus relaciones con los humanos y no en la mera necesidad de compañía.

John y Delenn viven una de las historias de amor más adultas y bellas de la pequeña pantalla.

Ascética, dulce y compasiva, Delenn hace alarde de un porte regio, de una serenidad mayestática y de una hondura emocional que también bebe de las elfas de J. R. R. Tolkien; y aunque por su preeminente papel en la sociedad de su planeta guarde muchos puntos de contacto con Galadriel, el hecho de que se case con un humano cuando éste asuma su destino final como gran líder y faro de luz y estabilidad en un universo conflictivo, sin duda evoca a la figura de Arwen, a lo que hay que añadir que Delenn también está condenada a ver morir a su amado. De alguna manera, e igual que acontece con el comandante Spock en Star Trek, aunque normalmente el principal rol protagónico suela asumirlo otro personaje sobre todo Sheridan, pero también Sinclair, Garibaldi o incluso Ivanova—, quien es el «corazón» de Babylon 5 y atesora todos los valores positivos de su lore es Delenn. No en vano, los embajadores que representan en la estación a las potencias más importantes del sector Londo, G’Kar y Kosh, a pesar de provenir de sociedades muy diferentes y de ser criaturas profundamente complejas, a la postre terminarán por sumarse con auténtico fervor al sueño de solidaridad, tolerancia, colaboración y amor para todos los seres de la galaxia que Delenn será capaz de materializar aliada a su esposo.

1Solo se puede hacer encomio de la estupenda labor de maquillaje de John Vulich y su extenso equipo.

2El primero de los cuales, por cierto, es sintomáticamente homenajeado en Battlestar Gallactica. En realidad, esta serie guarda bastantes paralelismos con Babylon 5; pienso, por ejemplo, en el destino final, tan parecido, de dos personajes que encarnan el concepto de heroísmo como Lee Adama y John Sheridan. 

3No olvidemos, eso sí, que se debió a la típica situación de un «primer contacto» (los ecos trek vuelven a resonar aquí) en el que colisionaron dos culturas muy diferentes y se produjo la tragedia, no por amenazas de los minbari ni por maldad de los humanos, sino por una simple y desafortunada interpretación errónea de los actos de cada uno.

4La prueba viviente, por cierto, de que un personaje puede no tener casi líneas de diálogo y ser, empero, tremendamente carismático.

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