13. «Dead Things» T6, Ep. 13

Este artículo forma parte de una Lista de los mejores episodios de Spike

Parafraseando a Jane Austen, es una verdad universalmente reconocida que el personaje con una mayor evolución a lo largo de Buffy, cazavampiros es Spike. Introducido en la temporada dos como el nuevo villano de la serie, su amor por Drusilla y, sobre todo, la llegada de Angelus harán que en el tramo final de esta tanda de episodios se vea parcialmente redimido. Recuperado sólo en un capítulo de la tercera temporada, la vertiente cómica de Spike que explosiona en él es lo que acaba por hacer del personaje un miembro fijo del reparto a partir de la siguiente. Y contra todo pronóstico, la temporada cinco da otra vuelta de tuerca a la personalidad del vampiro inglés, al enamorarse de la protagonista. Ello también supondrá la exploración del lado más positivo de Spike, cuyo punto álgido tiene lugar, aproximadamente, entre «Intervention» y «All the Way», ya en la sexta temporada.

El encuentro sexual de Buffy y Spike en el Bronze: uno de los momentos más transgresores de la serie.

A partir de «Once More, with Feeling», que marca el inicio de la complicadísima relación sentimental entre Buffy y Spike, el chupasangre británico adquiere una nueva dimensión, dado que se convierte en encarnación de las pulsiones más primarias de una traumatizada Buffy, en oscuro objeto de deseo donde hallar placer y vida, sí, pero también dolor y castigo. No es casualidad, por tanto, que en buena parte de la penúltima temporada el rostro y el cuerpo de Spike sean capturados con una mirada admirativa, y que Marsters haga un apabullante alarde de sex-appeal; de hecho, aparece hasta en seis episodios medio desnudo, y la cámara se recrea sin pudor en ello. Dado que la serie se caracteriza por esa explosiva mezcla entre el bildungsroman y los géneros de evasión juveniles (comedia, terror, aventuras, fantasía), el tono sombrío y concupiscente que predomina de «Smashed» en adelante responde a la incapacidad de los tres personajes principales de aceptar la realidad tal como es, en un sutil paralelismo con los tres patéticos villanos de la temporada. Que se explote el atractivo de Spike hasta extremos de hacerlo casi irresistible pretende incidir en su condición de vía de escape de todo aquello que no funciona bien en la vida de Buffy, como la magia lo es para Willow o el compromiso con Anya para Xander.

El deseo de Buffy de entregarse a la policía le causa un violento enfrentamiento con Spike.

Según lo expuesto, los responsables del show, voluntaria o involuntariamente, hicieron todavía más fascinante al vampiro rubio oxigenado. Y puestos a elegir un episodio en donde se muestre con mayor crudeza el lado depravadamente lujurioso de Spike, pero también su poder para seducir y conmover, elegimos, sin lugar a dudas, «Dead Things». No en vano, se trata de uno de los capítulos con mayor número de escenas sexuales, la mayoría de las cuales, además, redunda en esa dinámica de dominación/sumisión que caracteriza a la pareja. Dos de ellas resultan especialmente destacables: el evidente deseo sin consumar de Buffy y Spike, separados por la puerta cerrada de la cripta de este último, y el coito en el palco del Bronze. En el primer caso, Marsters logra la proeza de que nos parezca erótico acariciar una desvencijada puerta, gracias a la fisicidad de su interpretación, mientras que, en el segundo, el cuidadoso montaje, que va cerrándose progresivamente desde los planos medios hasta los primeros y los detalle, le da un aire onírico a toda la secuencia, incrementado por la amenazante música de Thomas Wanker y la supresión del sonido ambiente, de forma que solo se oyen las manipuladoras palabras de Spike y los gemidos de Buffy. Con ello, James A. Contner incide en el carácter alienante de su mutua pasión, en un aperitivo de lo que vendrá seguidamente.

Y es que pocos momentos en Buffy, cazavampiros son tan difíciles de ver como el de la tirante conversación que mantienen los dos amantes junto a la comisaría de policía. En poco más de tres minutos, el guion de Steven S. DeKnight consigue que ambos nos produzcan compasión y rechazo a partes iguales: él, porque quiere tan intensa y desesperadamente que está dispuesto a dejarse apalizar con tal de salvar a su amada de sí misma, aunque al mismo tiempo muestre una absoluta insensibilidad hacia la chica muerta y sea incapaz de comprender el sentimiento de culpabilidad de Buffy; y ella, porque no puede vivir sabiendo que ha matado a una inocente, y sin embargo no tiene reparos en descargar el odio y el asco que siente hacia sí misma sobre un sumiso Spike, negándole incluso su capacidad para quererla. Por estas y otras razones, «Dead Things» es, en resumen, uno de los episodios más transgresores del serial, imprescindible para entender por qué Buffy, cazavampiros supuso un antes y un después en la ficción catódica de género, y por qué, transcurridos casi 25 años, sigue manteniendo intacta su vigencia.



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