11. «Touched» T7, Ep. 20

Este artículo forma parte de una Lista de los mejores episodios de Spike

La aparición de «Touched» en cualquier selección que se precie sobre los mejores episodios de Spike es obligatoria, ya que, en él, el vampiro londinense destaca como nunca, siendo el perspicaz y deslenguado «chico malo» de siempre y, a la vez, mostrando su lado más gentil y dulce. Dicho esto, hay que señalar que se trata de un capítulo bastante irregular, entre otras cosas porque, emitido a continuación del nefasto «Empty Places», constata que los guionistas, dando al traste con la lógica y verosimilitud de los personajes, forzaron la solitaria tesitura de la protagonista para que se viera amparada por Spike en exclusiva. De hecho, «Touched» es un ejemplo paradigmático de los puntos fuertes y débiles de toda la séptima temporada; así, casi todo lo que atañe a Buffy y a su enamorado y su recuperada alma, no es solo interesante, sino que suele estar plasmado de manera óptima, mientras que el resto ―excepción hecha de Andrew― resulta impostado o anodino.

El arma definitiva de una cazavampiros: el hacha-estaca.

Por supuesto, que de pronto los responsables del show parezcan pobres imitadores de Buffy, cazavampiros, en vez de sus artífices, se justifica por diversos motivos, entre ellos verse obligados a seguir narrando las peripecias fantásticas de nuestra heroína con el tono ligero de costumbre, pero dejando a la vez espacio, tanto para un clímax con tintes esperanzadores, como para reparar la muy deteriorada relación de Buffy y Spike, puesto que Sarah Michelle Gellar ya había dejado claro que esa era su última temporada. Obviando, por tanto, lo repelentes que se empeñan en pintarnos a Giles y Anya; lo desaparecidos que están Willow y Xander, o la falta de carisma de todas las potenciales, no se puede negar que en este capítulo Rebecca Kirshner hace patente el vínculo entre Spike y Buffy con incuestionable capacidad para emocionar. La vehemente defensa de su amada ante los Scoobies por parte del chupasangre rubio, en la que no solo empleará su afilada lengua sino también sus poderosos puños, y luego la manera de cuidar a Buffy cuando da con ella, resultarán tan elocuentes respecto a la profundidad de sus sentimientos como su sincera declaración de amor incondicional, que lógicamente conmueve a la slayer hasta las lágrimas, y propicia que, como solo raramente hace, la protagonista se permita mostrar vulnerabilidad y le suplique a su antiguo amante que se quede a su lado. Y mientras el resto de parejas de la serie se entrega a una noche de pasión, Buffy y Spike simplemente se abrazan, se miran a los ojos y se quedan dormidos en los brazos del otro. Ello es recogido en forma circular, al son de «It's Only Love» de Heather Nova; y hay tanta ternura y devoción por parte de Spike en ese instante, y Buffy se ve tan protegida y arropada por él, que su recobrada determinación en el tramo final del metraje surge naturalmente de saberse amada y respaldada hasta ese extremo.

Buffy mostrando su vulnerabilidad y Spike, su lado tierno.

En cuanto al resto de la trama de «Touched», poco hay más que destacar, si no es en negativo, como, por ejemplo, el increíble liderazgo de Faith de la pandilla ¿Qué es esto, La Moncloa, donde ponemos al frente al más incompetente? o la siempre innecesaria aparición de Caleb. Espero que no se me malinterprete: a mí también me cae bien Nathan Fillion, y el guiño para los fans es de agradecer; pero ese predicador psicópata es un personaje creado gratuitamente para hacer un subrayado todavía más gratuito sobre El Primero, cuando, justamente, la gracia de este adversario residía en una incorporeidad que solo podía manifestarse a través de personas muertas, con las cuales manipulaba desde dentro a quienes pretendían enfrentarse a él. El empleo de un serial killer fanático y misógino, en un remedo del Robert Mitchum de La noche del cazador, lamentablemente daría la estocada definitiva a la maravillosa presentación del villano de la séptima temporada durante los últimos minutos de «Lessons». En cualquier caso, ello no impide que «Touched» nos «toque» en el corazón, al ver a un Spike más cercano que nunca al sensible William, al contemplar la fragilidad de alguien tan abnegado y valiente como Buffy y al advertir, en definitiva, lo cierto que puede llegar a ser el «omnia vincit Amor» de Virgilio.



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